Empresas sostenibles en la era digital.
La progresiva digitalización de las empresas requiere, cada vez más, de mayores habilidades sociales. Así lo reitera el último informe socioeconómico de CaixaBank Research, dedicado al impacto de los avances tecnológicos sobre el tejido empresarial español.
Saber comunicar, expresarse, disponer de empatía, de recursos cognitivos e inteligencia emocional, es esencial para el trabajo en equipo que impone el “cambio digital”.
Según el informe elaborado por el think-tank de CaixaBank, el “cambio digital” está poniendo en valor las virtudes más humanas de una organización empresarial. El proceso de digitalización, pero, tiene una cara menos amable, que presagia la automatización de ciertas ocupaciones, en especial, las poco cualificadas y con salarios bajos y medios, e incrementa, según dicho estudio, la desigualdad salarial.
Ciertamente, las nuevas tecnologías recortaran las plantillas de algunos sectores, primordialmente, aquellos que implican procesos de fabricación, pero activará otras profesiones, sobre todo, las vinculadas a la creación e implementación de software. Tal como sucedió en la revolución industrial, se vislumbra una nueva sociedad productiva. Precisamente, la productividad laboral merece un capítulo aparte.
Tal como defienden cada vez más economistas, el informe pone de manifiesto que la productividad de los empleados está disminuyendo significativamente. El fenómeno no es puntual ni relegado a ciertos países, sino que se viene observando de manera sostenida en las principales economías, tanto avanzadas como emergentes. ¿Qué está sucediendo? ¿Cómo es posible que los avances tecnológicos nos hagan más competentes, pero menos productivos? Dicho indicador trae de cabeza a más de un ministerio. ¿Alguna receta para corregir la tendencia? Formación e inversión en I+D. ¿Serán suficientes? Los expertos dicen que no.
El informe describe la situación en USA, donde la inversión en activos intangibles, en concreto, en software, ya es superior a la compra de activos materiales, instalaciones o maquinaria fabril, e indica que si la productividad laboral del país hubiera seguido la misma tendencia que la registrada anualmente antes del 2007 (año del estallido de la burbuja inmobiliaria), actualmente, el poder adquisitivo de sus ciudadanos sería un 8 % más elevado (respetando la relación entre la productividad de un empleado y su aumento salarial).
Si bien es cierto que el “cambio digital” favorece la competitividad de una organización, también parece serlo que, dicho cambio, no hace, necesariamente, más productivos a sus empleados.
Cada vez son más los expertos que abogan por redefinir la productividad dentro de una nueva economía fundamentada en la eficiencia y sostenibilidad.
Las organizaciones que consigan transformar su negocio y adaptarlo a la era digital, como exige el tiempo en el que nos encontramos, se verán diferenciadas, y por tanto beneficiadas, con respecto a las que no lo hagan, que tendrán serias dificultades para sobrevivir, sin importar el sector al que pertenezcan.
La transformación es transversal y las ventajas que obtendrán aquellas organizaciones que opten por las tecnologías disruptivas, como las soluciones y servicios que ofrecen las plataformas Microsoft Dynamics 365 y Microsoft Azure, entre otras, verán optimizada la experiencia de sus clientes, en especial los de la generación digital incorporados en el mercado laboral siendo ya decisores de compra.
Además, aquellas organizaciones que se esfuercen por transformar su modelo de negocio más allá de la tecnología verán incrementadas las oportunidades de posicionarse frente a sus competidores, de abrir nuevos mercados, de incrementar la productividad de sus equipos, dado el cambio de mentalidad en el seno de la organización, y finalmente de alcanzar la diferenciación de su marca pasando a ser una empresa sostenible.