Muchas de las funciones tradicionales en las empresas seguirán siendo necesarias, por lo que el CIO deberá actuar como facilitador del cambio, proponiendo nuevas vías de negocio integrándolas con la cultura y valores de las empresas.
El CIO conoce la situación tecnológica de su empresa, los procesos, las necesidades que le transmiten los diferentes departamentos y la dirección, pero tendrá que estar cerca de los clientes y el negocio para liderar el cambio.
Las nuevas tecnologías se deben dejar de ver como un gasto, para convertirse en una inversión que genere nuevo negocio. Es el CIO quien tiene que presentar alternativas innovadoras.
Los nativos digitales asumen las nuevas tecnologías como algo totalmente natural, no comprenden un mundo que no esté conectado y esperan que el mercado responda a sus necesidades con la calidad, la rapidez y el precio competitivo a los que están acostumbrados. Cualquier propuesta de innovación tendrá que tener en cuenta estos aspectos.
Teniendo en cuenta el nuevo perfil del CIO, con respecto a la cercanía a los clientes, relaciones interdepartamentales, propuestas de innovación orientadas al negocio y su conocimiento de las tecnologías, se tendrá que posicionar a un nivel más ejecutivo dentro de la empresa y más cerca del CEO, para conseguir avances consolidados.